sábado, 27 de febrero de 2016





“Los pobres de hoy serán los desnutridos de mañana”1



La desnutrición está íntimamente relacionada con la pobreza. Especialistas en nutrición de la UPAEP y del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) coincidieron que el nulo acceso al empleo o el trabajo mal remunerado deriva en la falta de seguridad alimentaria que provoca no sólo problemas físicos, pues de ahí proviene la obesidad y el sobrepeso, sino también deficiencias en el desarrollo neuronal de la persona. 


De acuerdo con Lourdes Silva Fernández, académica en nutrición de la UPAEP, 9 de cada 10 personas que padecen desnutrición tienen bajos recursos económicos, el resto, con suficiencia económica, padecen más bien problemas alimenticios por seguir los cánones de belleza establecidos en los medios de comunicación, es decir, quieren estar delgados, pero la consecuencia es la mala alimentación. 

En el marco del aniversario 33 del Día Mundial de la Alimentación, destacó que una consecuencia de la desnutrición es el deficiente desarrollo neuronal que conduce a la incapacidad de una persona a desarrollar trabajos intelectuales, condenándolo a realizar trabajos físicos, mal remunerados, situación que crea un círculo vicioso en el que está implícita la pobreza. 

María Isabel Ortega Vélez, investigadora en nutrición del CIAD, explicó que el acceso a la alimentación es un derecho humano que a pesar de que es atendido por diversas entidades públicas a través de programas como Oportunidades, solamente se ha evitado que avance la pobreza extrema. 

Indicó que en el problema de la desnutrición se ha agudizado en comunidades indígenas, mientras que en el medio rural, aunque persiste en todos los estratos, se agudiza la obesidad debido a que la gente come alimentos que llenan pero que no nutren, también por la pobreza y el poco acceso a los alimentos. 

Advirtió que el encarecimiento de los alimentos a nivel mundial generará que más personas se concentren en grados más severos de desnutrición, pues ésta se clasifica en leve, moderada y severa, por lo cual la única solución que consideró nada sencilla, es que la población tenga acceso a un empleo seguro. 

Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revelan que 14.9 por ciento de la población de la entidad vive en pobreza extrema, mientras que el 46.1 por ciento se encuentra en el rango de pobres moderados, tras reportar más de dos carencias, entre ellas la alimentación.

En tanto, el 5.7 por ciento de las personas que habita en Puebla es vulnerable por ingreso, mientras que 21.9 por ciento es vulnerable por carencia social y solamente el 11.3 por ciento son personas no pobres y no vulnerables.  http://www.oem.com.mx/elsoldepuebla/notas/n2734522.htm

La pobreza está supremamente ligada a la desnutrición debido a que, una persona sin un sueldo fijo no tiene ingresos con los que sustentarse ni con los que mantener a su familia ( ya que por lo general las familias de escasos recursos son las que más hijos mantienen), esto hace que la alimentación se vea gravemente afectada, sin dinero no se compra comida y sin comida se generan los desordenes nombrados antes.                                                                   

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